hilo de sangre y tañía con maestría,
todas las cuerdas de su corazón,
en un solo arpegio.
Sus acordes llenaban todas las almas
que acudían a contemplar su exposición pictórica.
Se le enredaban las primeras nieves
entre sus crespos cabellos y su tenue voz
era suave y amable.
Su corazón tenía un latido pausado
con ritmo de swing y su compañía
era capaz de llenar todos los segundos
que componen un día.
Abrió un rendija en mi alma y me fue inundando con su luz y la magia de su pintura
y su voz.
Allí sigue Rafael Villa Salido, habitándome
sin estridencias, como un mar en calma,
en donde navegar, en las más puras emociones compartidas.
Escrito en Mayo 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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