porque en el día todo su color,
consigue despertar un nuevo amor
y acude a los amantes, con presteza.
Despierta en sus sentidos, el carisma
que tienen los que saben, que en la sombra
se posa una caricia y no se nombra,
pues gana su valor, por ella misma.
La noche bebe luz de las estrellas
y piensa, que una hora inoportuna,
es cuando está muy sola, sin la luna
y apenas puede ver sus propias huellas.
La noche viste luego en fina seda,
cayendo entre los brazos de su amado,
el día en la alborada ha despuntado,
con un brillante sol, como moneda.
La noche besa al día con torpeza
y escapa a refugiarse entre los cielos,
en su alma sólo guarda sus anhelos,
llevándose del día, su belleza.
Escrito en Mayo 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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