a Dios, en el acto humano,
que todo está en nuestra mano
y en nuestra razón se infunde.
Es nuestra forma de ser,
de decidir o pensar,
lo que nos lleva a actuar
y no lo queremos ver.
Nuestros ojos, al cegarnos
en la vana pretensión,
de esquivar nuestra atención,
comenzamos a negarnos.
Y somos los responsables
de todo cuanto sucede,
el que quiere, siempre puede,
no hay que buscarse culpables.
Giramos en una esfera
y al descender al abismo,
hay que culparse a uno mismo
y no echar “ balones fuera”.
Al tener discernimiento,
sabemos del bien y el mal
y si el mundo es un erial,
faltará algún argumento.
Algo no hemos completado,
en todo el aprendizaje,
vamos justos de bagaje
y al final…¡Hemos fallado!.
Escrito en Mayo 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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