lunes, 7 de agosto de 2017

¿Cómo somos devorados?

Su beatífica apariencia 
de fingida sumisión y postura de oración,
esconde la intención 
de devorar al macho, tras la cópula.

Aceptado como normal, algunos 
dicen no conocer al Diablo,
cuando su apariencia es notoriamente 
femenina, para nublar nuestros sentidos.

La tentación está servida 
con una condena de por vida, todo
por unos minutos de placer.
Si no sabemos discernir el peligro,
seremos devorados
 y a nadie le preocupará,
porque forma parte 
de los rituales cotidianos .

Somos devorados, cuando el deseo 
nubla la razón y caemos
en una trampa mortal, 
que hipoteca nuestra  vida
y nos conduce al peor 
de los infiernos.

Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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