martes, 29 de agosto de 2017

El amor no es un estado de embriaguez

Aún entre las ruinas de mis recuerdos,
no he hallado a nadie que se ajuste
al modelo que tengo en mis sueños.

Ellos me hablan de una mujer 
que dará sentido a mi vida.
La belleza y la seducción son las trampas
en las que caemos los románticos 
empedernidos.

Como moscas ante la miel, nos dejamos llevar por su aroma y  lo confundimos 
con el licor de amor.
Nos embriagamos fácilmente, seducidos
por el falso oropel de su presencia.

Debería hablar de amor y creer 
que no ha muerto, pero para ello,
debo resucitar y encontrar 
cada trozo de mi corazón, para formar 
un templo de amor reconstruido
y pueda ver desde sus ventanas,
las hogueras del infortunio 
consumirse lentamente hasta 
que formen parte de las cenizas
del tiempo.

Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".

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