sábado, 12 de agosto de 2017

Cuando la sed aprieta...

Cuando la sed aprieta,
la boca busca la humedad del agua 
o el beso que calme la ansiedad 
que produce.

La esclerótica es un blanco óvalo 
que cayó del nido de un ave somnolienta 
y bajo los párpados escondemos 
las intenciones que no deseamos revelar.

Una boca cerrada es un enigma sin resolver y todos los anteojos
se anteponen entre una realidad que ver
y unos ojos que tratan de escudriñarla.

Me quemo a menudo, tanto con el calor
de tus candorosas manos,
 como con las frías miradas, que tratan
de ignorarme.

Cuando  la sed aprieta, gusto de beber
la filosofía a sorbos pequeños y la vida...
a grandes tragos.

Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis
Díaz Expósito."zuhaitz".


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