sin desvelos, sin prisas.
La luna sujeta al lago con el sedal
de una caña de pescar,
en una barca solitaria sobre el agua
y brillantes, los ojos de estrellas
son como gotas de rocío, cuajadas
en el cielo.
Las escasas nubes son blancas,
irisadas por la luz de la luna,
en un encanto, que sobre el silencio,
tan sólo se quiebra con el canto
de las cigarras y el perfumado
aire nocturno.
Mientras duermes, hay una magia
que crece, escondida en la escasa luz
y la ternura que el silencio y el murmullo
de los insectos, hacen entre las hojas
de verde oculto y un rayo plateado,
sobre la superficie del agua.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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