como duele estar vivo,
como duele amar, cuando el amor
se ahoga en un mar de ausencias.
Como duelen los oídos
bajo los atronadores sonidos
del silencio.
Nada queda en olvido y no se pueden
arrancar las páginas que no nos gustan
del diario de nuestra vida.
A veces duele, si, como toda herida,
cuando cicatriza y sana.
Nada más cierto que la certeza
de la incertidumbre o la incertidumbre
sobre la certeza de dicha certeza,
por incierta que nos parece o cierta
que pueda aparentar.
Por la insalubre sanidad que nos mata
en vida o la vida, que va muriendo,
como consecuencia de la misma acción
de estar vivo.
Todo lo que vive debe morir,
pero basta un poco de fé y creer,
para alargar el hilo de la vida
más allá de la propia muerte.
Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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