martes, 22 de agosto de 2017

Metales furiosos

Plata líquida en la transmutación 
de lo más grosero en lo más sutil.
Ríos de púrpura en las venas 
y las sienes golpean al ritmo 
de la sangre, que trata de huir
del cuerpo y convertirse 
en metal de emociones.

El oro corona las lúcidas mentes
y los corazones puros, ante la escasez
de luz en las profundidades de la mina,
en la que guardamos todo el valor
de nuestras conciencias.

Hay un misterio por desvelar 
y una agitación, que no se percibe 
en la superficie de las máscaras 
y se mueve en la cabeza, 
inmersa en el terrible desatino
de la inconsciencia.

Los labios se tiñen de fuego 
en los besos fingidos y se queman
los cuerpos, sin la necesaria protección 
contra un sol de oro y sangre.

Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".


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