lunes, 21 de agosto de 2017

Diario de una realidad, triste y cotidiana

Los días giran, resbalan 
con su perfecta redondez y caen 
por el borde, al abismo del olvido.

Nos matan con el fanatismo
y el dolor, el gobierno  lo disfraza 
de negro luto, para disimular,
para que no veamos el color
 de sus almas y sus intenciones.  

Nos cierran la boca con absurdas leyes
y apuntillan la palabra justa, 
con rejones de silencio.

No hay justicia, sólo el miedo
para quien lidia la vida en el ruedo.
Ellos, bien resguardados y protegidos,
contemplan desde sus atalayas 
de poder, cómo se va hundiendo 
el pueblo en las arenas movedizas,
de un destino que deciden por nosotros.

Sin escrúpulos, ni cargos de conciencia.
¡Qué poco importa la muerte ajena!...
Si nos genera un beneficio, la sangre
se lava o se seca y se oxida.

Buscamos otra noticia absurda 
para acallar sus voces, más leyes
basadas en la represión.

Nos matan, nos silencian...
no importa, no tienen conciencia,
honor, ni patria.
Sólo les interesa el poder 
y nos miran como a insectos
que pueden pisar, olvidando 
que en las urnas, algunos pusieron 
su fé y confianza en ellos,
ignorando que no significamos nada,
tan sólo un escalafón más, dónde pisar,
para crecer en sus miserias
y seguir mintiendo y robándonos
la poca vida que nos han dejado.

Escrito en Agosto 2017 por Eduardo Luis
Diaz Expósito."zuhaitz".

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