entre sus brazos lo pierde
y otra realidad le muerde,
por ser su esencia invisible.
Surge en su imaginación,
una serpiente que muda
y va arrastrando la duda
con toda su orquestación.
Se esconde en ese rincón,
que nos parece un ingrato
lugar, donde mi zapato
pierdo en mi desolación.
Nada queda ante mi vista,
ignoro una realidad,
en esa disparidad
lejana, que no equidista
de lo que la mente cubre
y en cada descubrimiento
hay una duda insalubre.
La trampa es sólo mental,
ajena a toda memoria
y ante el paso de la historia,
su visión es material.
La razón piensa y aboga
por un claro entendimiento,
que esbozará, en su momento,
el cauce donde se ahoga
tu lúcida reflexión.
Intentamos contener,
el juicio con nuestro aliento
y ese justo momento,
surge un nuevo amanecer
y termina la función.
Escrito en Octubre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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