evoca claridades de expectantes brillos.
Nacarada insinuación de floreciente luna.
Luna de leche sobre el espejo plateado
del agua.
Un suspiro se cierne sobre la boca inerme,
que besa el labio desgranado en la tibia
rotundidad del rojo rubí o la sangre toda
de un sol que, yace dormido entre sus sombras.
Noche sola, ante el bastón que mide
la inconsciencia del sueño.
Se detiene el cielo ante mis ojos, en la fiebre
de sus agujas.
En el candor de noctámbulos pasos
hacia la aurora, una prístina madeja
de aire cálido, exhala un último aliento
sobre un mantel de nubes deshilachadas.
Brillos, sin duda acharolados en logros
perpetuos, de manos invisibles.
Duermen las voluntades y descansan
las ansias de profundas miradas
en las pupilas adolescentes.
Hay un rumor de besos de agua, sobre
el incienso incinerado de una niebla latente.
Un presentimiento de algas se mece sobre
las copas de los cipreses y se siente crecer
en la penumbra, un vago recuerdo,
deshecho en briznas de ardientes sueños.
Escrito en Octubre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario