en las tardes de invierno y en las calles
transitan los silencios, con alevosía
y nocturnidad.
En las avenidas, los transeúntes tosen, tal vez
imitando con su carraspeo, los motores
de los viejos coches.
No es la tristeza, sino la melancolía,
la que va llenando los huecos vacíos
y esa sensación de juventud perdida,
en los cajones que quedaron cerrados
mucho tiempo, para abrir de nuevo
las puertas de la nostalgia.
Escrito en Octubre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario