viernes, 26 de enero de 2024

Durante un pavoroso incendio.

Fuego herido, rencor de la luz herida por
un rayo. Una lengua flamígera lame el aire
y roba el oxígeno de su aliento.
Un ardiente beso para acabar con el último 
suspiro de vida y convertir en cenizas
un cuerpo que se agita, ya sin voluntad,
sólo en pugna por sobrevivir a esa pasión 
que le va consumiendo.


Ajeno a otra experiencia, pero enredado 
en su propia combustión, un cuerpo se va
transformando de verde hiedra o musgo,
en astro o saeta, que se pronuncia 
con la misma fuerza, que consigue extinguir 
su voraz existencia.


Desde su nacimiento está destinado a ser
el artífice de su propia destrucción,
porque sabido es, que toda ansia, devora
las voluntades y van pereciendo en una
creciente constancia,  en la hoguera 
de todas las incertidumbres.


Escrito en Enero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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