vivió conforme a su credo,
pues si no has movido un dedo,
tu existencia está perdida.
Amó, luchó y en su guerra,
defendió esos derechos,
que entre los pueblos maltrechos,
buscan preservar su tierra.
Su enfermedad fue canalla,
le asaltó por un descuido,
cuando su cuerpo abatido,
abandonó una batalla.
Buscando siempre la paz
en los días posteriores,
no quiso laurel, ni honores,
ni llevó ningún disfraz.
Vivió dejando una huella,
defendiendo su verdad,
forjando una realidad
aún más sincera y más bella.
Supo burlar, de esta suerte
a su amarga enfermedad
y con gran honestidad
hizo un pacto con la muerte.
Marchó con poco equipaje,
sólo su deber cumplido,
suerte el haber conocido
a este ilustre personaje.
Que programando su viaje,
marchó, firme y decidido,
nada de ti se ha perdido,
pues es grande tu bagaje.
Escrito en Enero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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