y las lágrimas caen sobre el cuenco
de la tierra, desde el vacío de mi alma.
No hay nada para aliviar, para mitigar
mi dolor.
Me duele la vida, me duele el mundo
con sus miserias, con su hambre,
con sus guerras.
Algunas lágrimas brotan desde los ojos
y resbalan por mis mejillas.
Otras caen hacia adentro y esta densidad
del sollozo ahoga mi ser, en una pena
que crece y se extiende como el humo
de una hoguera, que no termina de apagarse.
Suena un triste violín, que va tañendo
las cuerdas de mi ánimo
y las fibras de mi corazón se sueltan,
rotas tal vez.
Me pierdo en un naufragio de melancolías,
de un inmenso mar, donde quisiera
ahogar mi dolor y mi pena, pero la música
es infinita y suena constantemente
en mis oídos.
Me voy hundiendo lentamente
y extiendo mi mano, tratando de alcanzar
un imposible rito de piedad y concordia,
en un mundo abyecto que ha perdido
el corazón y sus latidos.
Poema inspirado en la música
de Secret Garden.
Escrito en Enero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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