toda mi imaginación
y el pulso del corazón,
de las gentes me separa,
porque la mediocridad
nunca aparece en mi lista,
ni es virtud, ni está prevista
en mi frágil realidad.
En mi soledad, medito
todo lo que el pensamiento
describe en un sentimiento,
que luego lo dejo escrito.
En mi soledad se augura
el fluir de una emoción,
que por mi imaginación
se convierte en amargura.
Mis emociones fluctúan
entre algunas alegrías
y en amargas letanías
en mi pena se acentúan.
Todo esto es pasajero
en el fluir de la vida,
se abre y se cierra una herida,
pero hay que sanar primero.
Por mi tristeza, se empaña
la dicha que me visita
y cuando se necesita,
mi soledad me acompaña.
Escrito en Enero 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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