Repleto de tu amor, en grandes dosis.
Efervescencia de vida, exultante, desbordando
el vaso del deseo.
Razonando y libando despacio cada sorbo,
que de ti disfruto.
Hay una magia secreta,
entre las cuatro paredes, que conocen
el exorcismo preciso, para guardar
nuestro amor, en las vitrinas que se ocultan
en el fondo de nuestras retinas.
Un ápice de dolor, después de abandonar
el lecho, donde se gestaron
todas las promesas y una sensación de frío,
cuando no te siento vibrar entre mis brazos.
¡Es tan breve el silencio y tan corto
el momento!
La eternidad perece entre nuestros cuerpos,
cuando se siente en el alma, una soledad
indescriptible, temiendo no encontrar
la pasión, que nos permita vibrar y arder,
sin apagar este amor que, dulcemente
nos consume.
Escrito en Julio 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

No hay comentarios:
Publicar un comentario