jueves, 10 de julio de 2025

Todo aquello que tiene vida, evoluciona.

Todo aquello que tiene vida, se agita, se refleja 
en los múltiples espejos de todas las realidades.
En la consciencia, aparece un camino,
como una larga hilera de acciones, cuya
consecuencia desata todas las dudas,
incontrolables en el espíritu humano.


La luz guarda en tus adentros todas las respuestas, 
sobradamente conocidas,
pero que hemos olvidado.
Sujetos a la rueda del Samsara, el sufrimiento 
nos recuerda que estamos vivos, como si
se tratara de una maldición o castigo, a causa
de nuestra inconsciencia.


La luz desprende su claridad en cada despertar,
 entonces somos capaces de verla realidad: 
Estamos vivos, porque hemos 
muerto innumerables veces 
y hemos despertado en el seno de nuestra 
propia verdad.


Nada es más real y auténtico, que uno mismo 
y todo lo que vives y sientes, se genera 
a través de ti.
En la consciente conciencia de uno mismo,
somos el centro de un universo manifestado,
desde nuestra propia alma 
y la energía universal fluye desde esta 
comprensión de nuestra propia verdad.


Todo lo demás, sólo es una creación 
de nuestra propia mente, para construir 
el mundo, en el cual nos desenvolvemos,
creando nuestra propia órbita y girando 
en busca de nuestra propia evolución.

Escrito en Julio 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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