sombría muerte, triste y sepultada,
a fin de cuentas, no nos queda nada,
que hayamos conseguido de esta suerte.
Suerte infame, que en la necia vida,
decide nuestra línea de destino,
pues se sigue directo en el camino,
sin saber la respuesta decidida.
Se bebe el denso barro que nos hizo,
bajo una tierra opaca, que nos nace
y el cuerpo, por su inercia se deshace,
como alcanzado al fin, por un hechizo.
La muerte se detuvo hoy en la vida,
la vida, recamada con encajes,
quedando liberada y sin anclajes,
ante una soledad, tal vez perdida.
Se siente un gran vacío, la ascensión
hacia otro plano, afín a la existencia,
que lleva a nuestro origen, permanencia
en una oscura, ingrata decisión.
La vida se recobra en la sombría
tristeza, al no saber del dolorido
mensaje, de un recuerdo que se ha ido,
en esta sinrazón de su porfía.
Escrito en Julio 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

No hay comentarios:
Publicar un comentario