sin niebla franqueando distancias.
Debajo, un mar de ausencias, un vacío total
en islas solitarias y esa presencia inocua que,
hacia los ojos vuela.
Un alado propósito que, como un anhelo,
se enreda en los corazones y un remiendo más que apuntar,
a las labores de un calendario,
cuyas hojas sufren la alopecia de un tiempo,
a merced de su inestabilidad.
No nos dimos cuenta y fuimos dejando cabellos,
en cada rincón que recorrimos.
Pensábamos en plural y olvidamos, que sólo
era un acopio de muchas singularidades.
Enfermos y aquejados de nostalgias
durante el presente, nos fuimos diluyendo
sobre el horizonte y el mañana atravesó
nuestra puerta, sin previo aviso, devorándonos
cada instante no reconocido.
Hoy es el “Ahora “que no fuimos capaces
de imaginar y seguimos esperando en vano,
un amanecer que rozando el labio,
deje su huella de sangre, sobre un sol
que amamos, temerosos de otra noche
de incertidumbre.
Escrito en Julio 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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