en un sórdido sepulcro,
de un temor aciago y pulcro,
que sobre su tumba yace.
El silencio es oneroso,
por su peso y densidad,
pero el sonido, en verdad
es grácil y generoso.
Sus notas son pinceladas
de sutiles armonías,
que enlazan sus sintonías,
tantas veces escuchadas.
El sonido es escuchado
cuando en el silencio estalla,
derribando la muralla
de un murmullo silenciado.
El silencio se despierta,
marcando ritmo y cadencia,
y en esa nueva experiencia,
siempre se mantiene alerta.
Escrito en Julio 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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