Se quiebra la luna en tus adentros, cuando
libo de tu boca, el dulce elixir que, del amor
nace y en mi boca se deshace, llenándome
de ti.
Navegaba por un caudal de ausencias
y al zozobrar, fuí nadando hacia tu isla.
Bajo el destello de tus ojos, un sol radiante
doraba mi piel y una caricia de cálida brisa,
se extendió desde tus dedos, hasta mi rostro
abatido.
He amado tu figura y tu presencia, como
el cielo ama al mar, cuando besa el horizonte.
Tal vez, sea esa búsqueda infinita, la que hace
que un anhelo sea la consecuencia de un sueño,
que se impregna en nuestra realidad,
cuando el amor roza la superficie de nuestra
existencia y cala hasta lo más profundo
del alma.
Estoy despertando en ti, reciente
y maravillosamente real, y aunque parezca
un sueño, el embrujo nos descubre, que
el amor es posible, después de un naufragio
en la soledad, hacia un sublime encuentro,
permaneciendo unido a la luz de tu presencia.
Escrito en Julio 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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