con su afilado diente de luna,
en cuarto menguante.
Se derrama en una negrura apacible que,
absorbe toda la luz de mi pensamiento.
Brota un poema desde el fondo de mi alma
y hay tintes de tristeza y añoranza que dejé
olvidados, en la última habitación, donde
mis recuerdos no pesen demasiado
y pueda caminar entre los renglones
de mi cuaderno.
Una vez más, me encuentro a mi mismo,
entre mi meditaciones, divagando con cierta
abstracción, los momentos que el día
me ha obsequiado y me veo en la necesidad
de compartirlos.
No todo cabe en la profunda negrura
de la noche, porque se dispersa, sorprendida
por el primer rayo de luz, que la Aurora guarda
entre sus enaguas de niebla.
Amanece y el día prospera, como una promesa
a punto de cumplir su compromiso.
Escrito en Julio 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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