miércoles, 9 de julio de 2025

Por ese temor a declarar tu amor.

Acaso un beso sin respuesta, sea el anuncio 
de un labio trémulo, que guarda un triste
secreto.
Ignorado tal vez, no sabido o resumido 
en el enigma de una voz que calla.


La ausencia o el vacío de una voz, que acaricie 
la sedosa compostura de unas celestes notas
que dulcifiquen un oído, perdido entre el eco
de sus silencios.


Acaso el labio quede sumido en la solitaria 
aventura, de una habitación sin puertas,
ni ventanas, por donde se escapa la ternura 
antes de ser pronunciada.


Un beso sin respuesta, es esa mudez engendrada
 en el temor del ave que se esconde en su nido,
 para no ser descubierta.
Amante silente, entre una soledad de sombras 
perennes y vacíos inescrutables.


Temerosa de la luz, en el último destello 
del día, cumpliendo ese amago de exorcismo,
que niega su verdad más íntima.



Se irá perdiendo, como una voz que se encoge 
en la garganta y no resuelve la redondez 
de su periferia, en el instante en que toma
su volumen máximo, al romper todos 
sus silencios y decidir que el amor tiene 
su propio sonido en los acordes de un alma
enamorada.

Escrito en Julio 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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