sábado, 21 de enero de 2023

Reflexiones antes de tu nacimiento.

He aquí un estertor de vida, que brotará 
de la angustia por respirar, rompiendo a llorar,
como si se tratara de un presentimiento,
de cada naufragio que sufrirá, durante 
su estancia en este mundo.


Un pulso medido al compás exacto, 
que su pequeño corazón le dicta y su mente 
gobierna.
Aún es menudo, como un grano de arroz
en medio del océano.


Como fecunda semilla, abrirá la entraña 
de su madre y la luz cegará sus ojos.
Quedará aturdido  por el  ruido 
y nada comprenderá, hasta que su mente,
como una esponja, vaya absorbiendo 
todo el conocimiento posible.


Un nuevo ser, una alegoría en un sarcástico mundo, que  le ignorará, si no alcanza 
a elevar su voz y su verdad, más alta
que su consciencia, para sentir  
el continuo flujo del devenir del  tiempo.


Incómodo y desnudo, lo vestirán 
y su identidad será un mimetismo acentuado
en diversos comportamientos sociales.
Dará con sus huesos, muchas veces
sobre la tierra, antes de su definitiva partida
y esta vez… no llorará. Llorarán su ausencia 
quienes le hayan amado, pero aún no sabe,
que es una estrella, cuya luz se irá apagando
a lo largo de su recorrido por la órbita 
de todas sus edades.


He aquí un  estertor de vida, para vencer 
lo imposible desde lo más pequeño y obrar
una vez más, el milagro 
de un nacimiento humano.

Escrito en Enero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.


© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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