la unicidad, antes desgastada,
la mandíbula y el ojo entran
en la sátira.
Representan la hoja mustia
y una invocación de tormenta.
Angustias de sal y pólvora
en el color de los ojos
y una muesca más, para advertir
cuánto se ha crecido,
para olvidar lo que fuimos.
El gusto rancio del arroz pasado
o el deshacerse, una vez más,
con la lágrima suspendida
en el borde del párpado.
La hoz corta y sesga, pero su forma,
logra que su acción, vuelva contra nuestra mano.
Escrito en Agosto 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
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