Las nubes son un mal humor o un presagio
de llanto.
Tierra de garganta seca,
labio febril o ladera de piedras ardientes.
La consecuencia es un devenir
de agujas plateadas, que abren surcos de humedad.
Agua y polvo saltando y un aroma inequívoco
a húmeda tierra.
El viento peina las pequeñas olas de los charcos,
como espejos ácidos, ante la cal de la tierra.
Hoy ha llovido y se agradece el beso,
abre su cuerpo la tierra,
como una novia reciente.
Escrito en Agosto 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz".
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