miércoles, 24 de agosto de 2016

El tiempo vive en la memoria

Un día, un año, una semana,
el tiempo no se da así por vencido,
ni sabe si se siente resumido,
si pierde su textura, o tal vez gana.

La vida ya no advierte, por sencilla,
el paso infatigable de las horas,
porque el reloj, su paso no demora,
ni cesa en su labor las manecillas.

El tiempo se resume en una historia,
es la impresión que siente nuestro ser,
sentimos por su paso, su poder
impreso en la retina y la memoria.

El tiempo, como tal, es impreciso,
segundos son eternos, por demora,
en cambio sin pensar, pasan las horas,
cuando no se detiene un sólo inciso.

Y vuelan experiencias presentidas
y voces que jamás las escuchamos,
el tiempo ha de robar, si no guardamos 
contactos e impresiones de otras vidas.

Escrito en Agosto 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz".

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