y extiende su mano, abre huecos
en espacios de oquedades vacias.
El devenir de los días, sobre el polvo inerte
de los hechos, deja constancias,
en la mudez de las piedras.
Hay una saeta suspendida,
como la hoja de un árbol perenne.
Nada queda en el olvido
y el ritmo, unido a la constancia,
revelan el pulso de la experiencia.
En la memoria quedan, las huellas
del paso y la atrocidad de los años vencidos
en las últimas edades.
Escrito por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"
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