el agua pura, del espíritu primigenio
de la montaña,
desde la cima del amor,
fluye un torrente, una corriente indómita de sentimientos,
que sólo el corazón canaliza y dirige
hacia otros corazones.
Vasos comunicantes de amor,
en distinta vibración y caudal,
en la navegación de un sentir,
donde la lágrima es fluida
y el corazón marca el rumbo a seguír.
Escrito en Agosto 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz ".
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