no admito el disparo indiscriminado
de las palabras incoherentes,
ni el gesto desapacible, que anuncia
lluvias sobre la razón,
bajo un sol de escasa lucidez.
No admito la mentira, teñida y aderezada, con dulce aliño,
para disimular la miseria, que escondes
entre tu cuero cabelludo.
Exento de ideas constructivas y colmado
de parásitos que de alimentan
de la incongruencia.
No admito otra vibración, que la que produzca,
un beso o un abrazo, ni deseo otro destello, que no surja de la luz de una sonrisa.
Escrito en Enero 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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