milagro carnal y cuando lo acaricié,
sonó una música celestial,
que llenó mis oídos, a pesar
de sentirme apresado por tus muslos.
Me gusta el sabor de tu placer
y la música de tus gemidos, adoro
el regalo a mis oídos, que desde tu boca
emites, cuando tus ojos se inundan
y tus labios tiemblan.
Es hermoso sentir, que tu respiración
es el volcán, que de mis pasiones,
encendieron ese momento de amor,
en que te entregué sin reservas,
sólo por un motivo...
Tu gozo es mi gozo.
Escrito en Enero 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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