de párpados abiertos
y la lasitud de los brazos, son rios
en la desembocadura de la calma,
tu imagen aparece en el firmamento
de mi mente, a poblar ese espacio,
en que la única verdad es tu recuerdo,
flotando en los lagos de mis ensoñaciónes.
Añoro esa caricia de voz, que vence
a la brisa y se hace suavidad
o murmullo suave, pero indeleble.
Te amo, pero no quiero su sonido vocal
y pronunciado, sino el silencio roto
por unos labios que te adoran
y posan un beso, como un estallido
de mil esferas de amor.
Escrito en Enero 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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