viernes, 20 de enero de 2017

Lejos... muy lejos

Apretados los dientes contra el frío,
divagando entre nubes grises 
y escarchas de anisados albinos.

El ático es el ala de mi sombrero, 
que me ciñe y corona la frente.
Los ojos son humedad de lagunas
del olvido o líquenes de tristes añoranzas.
Acaso el vaho sea el aliento saturado de gotas, mojando la bufanda que cubre
mi cuello.

Diviso un tren, que a lo lejos se pierde,
donde confluyen las vías y se diluye
el horizonte.
Tal vez sea una espera, la que marque 
la línea de continuidad de una vida,
mientras sobre el camino, las vías
se alargan como un suspiro,
hacia su destino.
Lejos...muy lejos.

Escrito en Enero 2017 por Eduardo Luis
Díaz Expósito."zuhaitz".


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