mas, es la justicia ciega,
a nadie su beso niega,
tengas o no tengas suerte.
Así, al pobre y al rico,
sitúa en un mismo plano
y ha de tomar de la mano
al sabio, como al “borrico”.
En una espera paciente,
aguarda y no tiene prisa,
porque la vida, sumisa,
conoce su fiero diente.
En la vida, nada empaña
la luz que brota en sus días
y entre penumbras sombrías
brilla el filo en su guadaña.
Y con un golpe certero,
siega una vida, sin ver
si su víctima ha de ser
un truhan o un caballero.
Nunca detiene su siega,
su labor, es por su celo,
llevar las almas al Cielo,
pues es sorda, muda y ciega.
Escrito en Enero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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