a pesar de ello, se mimetizan con los rayos
del sol y lo reflejan en su piel.
Los folios no escritos, permanecen estáticos,
como hojas perdidas cayendo del árbol
de la vida.
Un viento helado ahuyenta la calidez
del alma, mientras la gente
deambula sin rumbo, esperando del cielo ,
recuperar el calor que perdieron
en esta tierra.
Nada puede emerger de una tierra umbría,
si no ponemos nuestras manos
y nuestras voluntades,
en aquello que creemos, para dar
un paso más hacia adelante,
en un intento de perfeccionar nuestras mentes.
Sabemos que podemos hacerlo, pero basta
una sola palabra de poder, para que dudemos
y el miedo nos impulse irremediablemente
hacia el abismo de nuestros infiernos.
Escrito en Enero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”
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