pisan los zapatos viejos, por eso las vacas
tienen la mirada triste.
Caminar sin destruir el verde, es tener
la conciencia en calma, sobre un tranquilo
mar de emociones, que sólo se altera
en el crepúsculo, sobre un estático mar
de meditaciones, que fluyen
en los pensamientos y por su peso anímico,
permanecen en nuestra memoria,
como el primer día, en que fueron concebidos,
a la luz de nuestro entendimiento.
Escrito en Enero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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