conforman la vida,
con pasos galantes
preparan su huida.
A veces, parece
que la vida es larga
y eso nos merece
llevar dura carga.
Cuando se aligera
y el tiempo nos frena,
nos queda una espera
y eso nos apena.
Pues, las brevedades
son tiempos que fluyen
entre las edades,
donde se destruyen.
Todo ralentiza
y con paso zafio,
escribe con tiza
un blanco epitafio.
Serena está el alma;
de las nubes, llueve,
un tiempo de calma
y la vida es breve.
Esa brevedad
que antes no sentimos
hoy es realidad,
sólo la advertimos,
cuando al detenernos,
lo que atrás vivimos,
queda en los cuadernos,
que un día escribimos.
Todo morirá,
es nuestro destino,
sólo quedará
la obra postrera
y un amanecer,
que ha de florecer,
en la primavera
de un nuevo camino.
Escrito en Enero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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