nuestros errores, ni todas las risas ocultarán
los gritos y los llantos desgarrados
en las guerras.
No podemos ignorar a quienes sufren,
mueren en la agonía o son privados
de su libertad.
¡Basta ya de hipocresía!.
No culpemos a Dios, de la responsabilidad
de cada uno de nuestros actos.
Quien sabe crecer por el camino correcto,
no necesita normas, ni reglas.
El sabe que lo primordial es respetar,
para ser respetado, amar para ser amado
y procurar no hacer el daño, que no quiere
sufrir a manos de ninguno de sus semejantes.
¡Basta ya, de vivir con miedo!
Con la temeridad de no pensar
en que cada acción es acompañada
de su consecuencia.
¡Basta ya de fingir una santidad, que nadie
nos ha otorgado!.
Nos estamos fundiendo en el lodo primigenio,
en el cual fuimos creados y no alcanzamos
el brillo de la luz divina, porque nos sujetan
nuestros vicios, ambiciones
y las bajas pasiones que nos dominan.
Si eres un ser de luz, quema en la hoguera,
todo lo que te impida volar hacia el paraíso
en el que podemos y deberíamos vivir.
Escrito en Enero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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