y en creer que nada somos y nada valemos.
Con la falsa compasión no construimos nada
y la auto compasión sólo conduce a la depresión,
cayendo irremediablemente en los abismos de la mente.
¡ Pobre del pobre que se siente pobre!.
Quien se recoge en su interior y se viste
con los harapos del mezquino criterio,
que tiene de sí mismo, se pierde
la celebración de la vida, porque nunca
se sentirá lo suficientemente digno.
Y digno es quien cree serlo, hasta el punto,
de que no tiene que demostrarlo, su sola presencia
se impone, ante todo futuro juicio.
Saber estar y caminar, con el mismo paso firme,
entre reyes o entre mendigos.
Usar el poder de su palabra, sin quebranto alguno,
tener para todo el mundo, una sonrisa
y una palabra amable.
Ayudar a quien lo requiera y lo necesite,
sin los laureles del protagonismo.
Ser todo lo feliz que tus medios, tu inteligencia
y tu propio camino en la vida te lo permitan.
Amar sin límite alguno y vivir como una realidad
los sueños que guardas en tu corazón,
e intentas conseguir.
Con todo esto, si lo llevas a la práctica estarás,
no sólo a un paso de la felicidad, sino que tu huella,
permanecerá imborrable, en la memoria
de muchas vidas.
Escrito en Octubre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”
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