sábado, 17 de octubre de 2015

Lo absurdo de las guerras

Los senderos rojos y empedrados
quedaron con charcos, tras las incesantes lluvias,
la frialdad del agua sobre nuestros cabellos,
nos impide pensar con claridad .
  
Se escuchan tambores o martillos 
sobre la tierra. En la noche,
a lo lejos, estruendos y resplandores,
que ya han vencido la calma.

Nadie duerme y se siente un fatal desenlace,
la sangre se agolpa en las sienes
y el miedo campea a sus anchas.
Manos y dientes crispados,
el aliento contenido.

Se escuchan disparos y en la oscuridad,
sólo algunos destellos y hombres desplomándose
sin vida.
Los que crean las guerras, están a salvo,
en el exilio y el pueblo muere y se mata,
por esa mentira llamada patria,
dejando sus casas y sus vidas,
sin saber porqué, nuevamente,
caen en el ardid, como conejos,
ignorando que viven en una mentira
y no vale la pena luchar, cuando 
estamos todos en el bando de los perdedores.

Escrito en Octubre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”

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