viernes, 9 de octubre de 2015

La Fuente de toda Creación

En el pensamiento de muchos,
está latente un anhelo,
a falta del necesario aceite
en nuestra lámpara, para iluminar
nuestro camino.

Aceite, si, porque el anhelo humano
es tan antiguo, como su existencia,
demonizando a través de la historia
el impulso creativo, con el cual
romper las viejas costumbres
y la monotonía.

Sin embargo el curso de la mente,
es un río imparable y se desborda
en la consecución de sus hechos.
Tan sólo unos breves apuntes,
 sobre la dirección, porque si la idea
emerge de lo más profundo de nuestra alma,
es lo primero que olvidamos,
cuando damos nuestra obra por finalizada.

Olvidamos de dónde procede toda idea 
y fuente de inspiración.
Olvidamos la procedencia del ser y sus conexiones
con el universo y con un todo,
del cual formamos parte y nos compone.

Esa neuronal conexión con la divinidad,
que a menudo olvidamos, regodeándonos
en el limo de nuestras creaciones,
sin tener en cuenta que esa cualidad
nos ha sido dada desde la Fuente de todo lo creado.

Escrito en Octubre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“Zuhaitz”

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