como papel mojado,
cuando las lenguas albergan
toxinas de engaños e incertidumbres.
La existencia se está convirtiendo
en un cuenco vacío, donde los vientos de cambio,
circulan alrededor.
Todo tiene una inconsistencia tal,
en la que, nada está hecho para durar.
Se mutilan las verdades, los valores
y se dice que le amor es mentira,
que tan sólo es una fantasía romántica.
Vivo en una época y un tiempo,
que no me corresponde,
en un infierno, que pasa desapercibido
por cotidiano.
La razón es una espada oxidada, que nadie desenvaina
y la muerte tiene un reflejo claro
en todas las miradas en las que veo,
el agua turbia del desencanto.
No deseo vivir en este absurdo, busco la luz y el cielo,
que creí ver en tus ojos y tú corazón me negó,
para apagar la llama de mi ilusión y la fé que tuve
en la perfección del amor.
La muerte tiene sabor amargo, cuando la ilusión
se apaga y se va descendiendo al abismo
del pantano de la tristeza.
A nadie le importa, ni le sorprende,
están muy ocupados en vestir sus mentiras,
para lucirlas en una feria de vanidades.
Escrito en Octubre 2015 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz"
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