lunes, 8 de febrero de 2016

Amar con buen tiempo

Se abren los cielos con una mirada
y el sol, entonces, muestra su pupila amarilla,
sobre el azul tapiz .
Tan sólo una mirada, derramando ternura
y hasta el corazón más duro, abre sus oquedades,
para llenarse de ese dulzor.
El amor tiene esa dimensión y  característica,
en la cual, bebiendo una dulce mirada,
entregamos nuestro corazón, sin duda,
pájaro sorprendido en vuelo, está vez,
cautivo de unos brazos amantes.

La dulce prisión de su encanto,
hace que encontremos la dicha y la libertad,
en su cautiverio.
Bastan unas palabras, para abandonar
el tupido plumaje y quedar a merced 
de todas las inclemencias posibles.

Nos sentimos seguros, cuando amamos
y no pensamos que las negras nubes de las dudas,
pueden ocultar los rayos de felicidad,
que colocamos en la cabecera del lecho,
donde nuestros sueños más hermosos,
despertaron, para convertirse 
en una palpable realidad.

Escrito en Febrero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito." zuhaitz"




No hay comentarios:

Publicar un comentario