y tu cuerpo brilla con matices
de fuego y metal.
Tu piel canela es dulce,
como la caña de azúcar dorada al sol
y tus labios son dos fresas silvestres,
que apagan la sed de un corazón amante.
Amo tu ternura y ese ímpetu de volcán,
que surge de tu interior.
adoro la miel de tus labios
y el dominio que ejerces sobre mi cuerpo,
que como corcel desbocado,
espera una amazona que lo dome
y lo conduzca con la elegancia
que caracteriza a una dama.
Tu llevas las bridas de mi corazón
y mi mente y mi boca repiten tu nombre
y lo elevan hasta el cielo,
a ese cielo que me das con tu presencia,
cuando me haces soñar, cerrando los postigos
de todas mis penas y dolores.
Te amo y no me paro a pensar,
en que vibración, sólo sé que soy tuyo,
que me siento tuyo y me haces feliz.
No conozco la duración de este sentimiento,
pero es perfecto sentirlo así,
sin forma y desmedido,
como un caudal de emociones desbordadas.
Sólo te diré que soy tuyo y te amo.
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