ese poema, que dice tanto de ti,
que parece tu seña de identidad.
Tinta que sale del alma, esbozo
de tu pensamiento y esa forma de ser,
que te caracteriza.
Un vuelo corto por la memoria
y esas palabras, que siempre recordarás,
porque son sabias y adecuadas;
además las dijo tu padre.
Esa razón que tiene un peso real
y se puede comparar con los amagos
y coqueteos de la dialéctica en desuso,
pero imperativa, para trazar la dirección
de una mentira creíble.
La filosofía personal, con una clave de acceso
y la demostración del convencimiento y su fuerza,
cuando la seguridad de la palabra es un documento.
Corceles del verbo, unos al galope, con la seguridad
de los pasos y el camino, que se abre ante nuestros ojos.
otros lentos y temerosos, mal ensillados e incómodos,
con las bridas flojas y la inseguridad de la herradura perdida.
Escrito en Febrero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. "Zuhaitz"
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