miércoles, 24 de febrero de 2016

Mientras me asistan mis fuerzas

El singular eco de las voces desordenadas,
se agolpa en la mente, en lluvia de piedras
de diferentes tamaños y formas,
surgiendo de lo más recóndito del alma,
sin nada que ofrecer y todo por esperar.

Se despierta el monstruo, que cada noche
habitaba nuestros sueños, mordiendo con anhelo,
nuestra carne débil, macerada en el espeso fluido
de nuestra temores.
Blandamente, se deshace nuestra fortaleza,
sin saber de su consistencia y la lluvia ácida,
cae sobre el corazón, que se hundió en el desánimo .

Entre el cieno y el agua retenida, 
una mano, aterida y temblorosa,
emerge con una mezcla de temor y voluntad recobrada,
aferrándose a una rama, para salir del pantano,
donde sus ilusiones se hundieran
y aún con el agua sucia resbalando hasta el codo,
cinco hermanos, unidos en el esfuerzo ,
son capaces de levantar un cuerpo inerte, desde la penuria,
para abriendo una grieta en la conciencia y un hálito en la voz,
poder gritar como una sola fé resuelta:
- ¡¡Lucharé, mientras quede un soplo de vida en este 
vencido cuerpo!!.

Escrito en Febrero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"







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