las bragas que besan y rozan
lo más íntimo de tu cuerpo
y se impregnan de tus más secretos aromas.
El sudor que desciende en gotas de agua o rocío
y besar tu cuerpo, con una humedad,
de promiscuos labios ocultos,
que descienden hacia un nacimiento
del placer, descubierto.
Explorado entre las selvas de tu íntimo secreto
y encontrado en la ternura guardada,
entre tus piernas, cuando los ojos volaron,
pájaros del deseo, y se clavaron en mi alma.
Intención guardada, secretamente, para no herir,
con la dureza de un deseo incontrolado ,
pues sólo la fuerza es buena, sin en ella actúa
el propósito, sin herir a nadie y celebrando
lo que el amor pone a nuestro alcance.
Saborear todo tu cuerpo, desnudarte
y vestirte de besos y caricias.
Ser tu amante, tu esclavo, el sol que arrope tu cuerpo,
durante los fríos inviernos y el abanico posible,
que pone el aliento durante el estío en las cálidas noches de verano.
Escrito en Febrero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito. " zuhaitz "
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