domingo, 28 de febrero de 2016

El falso y el verdadero Amor

Ahora sé porqué sus pechos
son pequeños y tristes,
con una languidez enfermiza
y estéticamente marchitos.

Porque no albergaban amor,
por eso no florecieron, se fueron
y se seguirán secando por la aridez
de su egoísmo.

Sufrí por ello, hasta que lo comprendí,
en cambio tú, amor mío, tienes dos flores
hermosas y espléndidas, porque me amas, en la misma dimensión que yo te amo.
Veré crisparse el cristal de sus ojos y
se descolgará su arrogancia, formando 
bolsas en su cuello.

Yo la ví bella, mientras la amé, pero ya
no quedan espejos, los rompió todos.
No temas, cariño, ya no la amo, 
nunca mereció mi amor.
Caminemos juntos con esperanza
y dejemos que los parásitos del amor
se vayan consumiendo en su propia inmundicia.

Escrito en Febrero 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito."Zuhaitz"


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